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sábado, 1 de octubre de 2016

23 de Septiembre, día internacional contra la deleznable explotación sexual y el tráfico de mujeres, niñas y niños

A principios del s. XX, para acabar con lo que comúnmente  se llamaba "trata de blancas" se celebraron en París dos conferencias, en 1902 y 1910, que culmino con la firma de la "Convención Internacional para la Supresión de la Trata de Blancas" (París, 4 de mayo de 1910), complementada más tarde por la "Convención Internacional para la Supresión del Tráfico de Mujeres y Niños" (30 de septiembre de 1921) y la "Convención Internacional para la Supresión del Tráfico de Mujeres Mayores de Edad" (Ginebra, 11 de octubre de 1933). La Convención para la Supresión del Tráfico de Personas y la explotación de la Prostitución de Otros (Nueva York, 2 de diciembre de 1949) canceló y sustituyó, en parte, a las disposiciones de los instrumentos internacionales anteriores. El 23 de setiembre de 1913, en Argentina, se promulgo la ley Nº 9.143, conocida como la ley Palacios, que por primera vez establecía en el mundo, una norma legal contra la prostitución infantil. Casi ochenta y seis años después (enero de 1999), y coincidiendo con esa fecha, se estableció en Dhaka, Bangladesh, en la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres, el "Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños". Muchos son las Organismos Internacionales, especialmente la ONU, que promueven la lucha y normativas internacionales, en una de las lacras de nuestro tiempo.

Dicho día tiene como objetivo la concienciación de los ciudadanos y sus respectivos gobiernos, de las causas y consecuencias de dicha ilegalidad, a la par de tomar las medidas o acciones necesarias para su erradicación. Encontramos en el Protocolo de Palermo, 2000 (complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional), en su artículo 3, una definición de la trata de personas.

En 2015, según datos de la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), se calculaba que solo en Europa había más de 140.000 víctimas del tráfico con fines de explotación sexual; según la misma ONU existían entre 4 y 5 millones de personas que eran vendidas anualmente víctimas de la tratas, entorno al 80 % para su explotación sexual, mientras 70.000 mujeres y niñas son introducidas en el comercio sexual europeo (700.000 en todo el mundo) para sustituir a las que salen (mueven en Europa unos 3.000 millones de dólares anuales, y 32.000 millones de dólares anuales en el mundo, siendo el tercer negocio ilícito más lucrativo, después del tráfico de drogas y de armas). En el primer estudio conjunto sobre las consecuencias y riesgos de la Trata de Seres Humanos en la salud, en Asia, bajo el titulo: "La salud y la trata de personas en la Subregión del Gran Mekong", entre la OIM (Organización Internacional para las Migraciones), la LSHTM (London School of Hygiene& Tropical Medicine), y la ONG española Anesvad, se afirmaba que un 48 % (casi una de cada dos) habían sufrido violencia física y/o sexual (patadas, encierros, vejaciones, amenazas, etcétera), y presentaban trastornos por depresión (61,2 %), ansiedad (el 42,8 %), y estrés post-traumático (38,9 %), además dicho estudio revela que uno/a de cada seis participantes (14,9%) afirmaban haber tenido un pensamiento suicida durante la semana anterior a la entrevista. Según datos del Ministerio del Interior, en 2013 se realizaron 2.555 inspecciones administrativas en lugares donde se ejercía la prostitución detectándose más de 13.000 personas en situación de riesgo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) cifraba, en 2015, que existían 4,5 millones las víctimas de explotación sexual forzosa en todo el mundo, de las que el 90 % son mujeres y niñas; de igual modo afirma que existen 21 millones de personas en el mundo que son víctimas del trabajo forzoso. En Europa, según datos de Eurostat (oficina estadística comunitaria), entre 2010 y 2012 se registraron más de 30.000 personas identificadas como víctimas de trata, lo que suponía un incremento del 28 % respecto al periodo 2008-2010.Los principales tratados internacionales, de la ONU, de derechos humanos, como la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), consideran el tráfico sexual una forma de discriminación sexual y una violación de los derechos humanos. La ONU advierte de que "las redes de tráfico, en especial la prostitución y también a la esclavitud laboral, se extienden por todo el planeta y requiere una "respuesta global".

 

La labor a realizar, así como las medidas legales para perseguir a aquellos que se dedican a la "trata de personas" (que se constituyen en redes con una estructura mafiosa, y cuyo objeto es el del trabajo forzoso y/o explotación sexual, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos, entre otros), que es un gravísimo atentado contra los derechos humanos, y que suele afectar a los colectivos más vulnerables (en condiciones de pobreza, hambre, desempleo, desigualdad de género y condiciones de subordinación de mujeres y niñas, que son una manifestación más de la situación de desigualdad y de indefensión en la que se encuentran las mujeres en muchos lugares del mundo, etcétera),  y suelen encontrarse de manera más acentuadas en las condiciones de extrema necesidad, o en países subdesarrollados o con criterios socio, políticos, religiosos y/o culturales que pueden dar pie a legislaciones poco desarrolladas en esta materia. En el año 2013, 134 países de todo el mundo tipificaban el tráfico sexual como delito.

 

Nuestro país es firmante del Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de ser humanos, (Convenio núm. 197 del Consejo de Europa), hecho en Varsovia en mayo de 2005.En septiembre de 2015 se aprobaba el "Plan Integral contra la Trata de Mujeres y Niñas con fines de Explotación Sexual" en nuestro país, que abarca desde 2015 al 2018, y que mejora sustancialmente la lucha contra este deleznable delito, y que tiene como objetivo establecer un marco de actuación que permita atender con más eficiencia y calidad a las víctimas, bajo los principios de libertad e igualdad.


El tema no es baladí y su complejidad es amplia, teniendo que tomar medidas desde un enfoque multidisciplinar que palien y den respuesta para combatir las condiciones que atentan contra la violación de los derechos humanos de aquellos que las padecen. Muchas medidas pasan por la sensibilización social y por el ámbito educativo (fomentando valores igualitarios y no sexistas), que se hacen imperativas para erradicar este mal endémico de un problema a nivel global, ya que la Trata de Personas es un delito de la delincuencia organizada transnacional (al que la mayor globalización económica, el incremento de los flujos migratorios, y desarrollo de los medios de comunicación, hacen que se expanda como un virus), de ahí que ofrecer políticas alternativas globales, desde un punto de vista de la atención integral, ofreciendo apoyo jurídico, asistencial, formación profesional, capacitación, acceso a los servicios sociales a las personas en situación de prostitución, con el objetivo de ayudar a todas las que lo deseen salir y acceder a un trabajo digno.

Es necesario y urgente que los Estados coordinen y articulen esfuerzos nacionales y regionales mediante la creación de medidas y mecanismos normativos e institucionales efectivos para prevenir, sancionar y proteger a las víctimas de la Trata, paliando y evitando situaciones que generan irreparables secuelas psicológicas y físicas (embarazos no deseados, abortos inseguros, enfermedades de transmisión sexual, tratos crueles e inhumanos, entre otros daños colaterales).

Es necesario la inclusión de medidas socio-económicas que palien la pobreza y la feminización de la misma, la desigualdad de género y las condiciones de subordinación de mujeres y niñas, la creciente desigualdad entre países, la discriminación contra las mujeres, el desempleo, la división sexual del trabajo, la falta de educación y la imposibilidad de acceder a los recursos en las mismas condiciones que el resto de la población, para evitar que se produzcan el terreno prolífico para la trata de personas, que se está dando en la actualidad. Lúgubre es, que este mal afecte a todas las regiones del mundo.

No hay ningún instrumento universal que aborde todos los aspectos de la trata de personas, pero hay que avanzar para erradicar a la que se considera la "esclavitud del s. XXI". Decía Kofi Annan ((1938- ) séptimo Secretario General de la ONU, cargo que ocupó entre 1997 y 2006, y junto a la ONU, galardonado con el Premio Nobel de la Paz en2001): "Donde existe la esclavitud, es negada la dignidad humana, y avergüenza a todos los que dicen ser misericordiosos o comprometidos con los débiles y vulnerables del mundo. Los derechos humanos no son otra cosa sino la insistencia en la erradicación de la esclavitud y de la coerción en todos los aspectos de la vida. Pero aún así, en el umbral del nuevo milenio, seguimos encontrando formas viejas, y lamentablemente, nuevas de esclavitud. Miles de personas de todo el mundo viven y mueren como esclavos en una forma u otra".

Más allá de los fríos datos subyace una realidad desgarradora, el hecho incontestable de que hay congéneres que son esclavos. Cuando elementos de nuestra especie llegan al extremo de dejar de importarle sus congéneres y el sufrimiento desde la indiferencia, tenemos un problema ético y/o moral que transciende el hecho lógico, y se pierde nuestra humanidad y el elemental estado natural de todas las especies: la razón de los actos.


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