A principios del s. XX, para acabar con lo que
comúnmente se llamaba "trata de
blancas" se celebraron en París dos conferencias, en 1902 y 1910, que
culmino con la firma de la "Convención Internacional para la Supresión de
la Trata de Blancas" (París, 4 de mayo de 1910), complementada más tarde
por la "Convención Internacional para la Supresión del Tráfico de Mujeres
y Niños" (30 de septiembre de 1921) y la "Convención Internacional
para la Supresión del Tráfico de Mujeres Mayores de Edad" (Ginebra, 11 de
octubre de 1933). La Convención para la Supresión del Tráfico de Personas y la
explotación de la Prostitución de Otros (Nueva York, 2 de diciembre de 1949)
canceló y sustituyó, en parte, a las disposiciones de los instrumentos
internacionales anteriores. El 23 de setiembre de 1913, en Argentina, se
promulgo la ley Nº 9.143, conocida como la ley Palacios, que por primera vez
establecía en el mundo, una norma legal contra la prostitución infantil. Casi
ochenta y seis años después (enero de 1999), y coincidiendo con esa fecha, se
estableció en Dhaka, Bangladesh, en la Conferencia Mundial de la Coalición
Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres, el
"Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres,
Niñas y Niños". Muchos son las Organismos Internacionales, especialmente
la ONU, que promueven la lucha y normativas internacionales, en una de las
lacras de nuestro tiempo.
Dicho día tiene como objetivo la concienciación de
los ciudadanos y sus respectivos gobiernos, de las causas y consecuencias de
dicha ilegalidad, a la par de tomar las medidas o acciones necesarias para su
erradicación. Encontramos en el Protocolo de Palermo, 2000 (complementa la
Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada
Transnacional), en su artículo 3, una definición de la trata de personas.
En 2015, según datos de la UNODC (Oficina de las
Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), se calculaba que solo en Europa
había más de 140.000 víctimas del tráfico con fines de explotación sexual;
según la misma ONU existían entre 4 y 5 millones de personas que eran vendidas
anualmente víctimas de la tratas, entorno al 80 % para su explotación sexual,
mientras 70.000 mujeres y niñas son introducidas en el comercio sexual europeo
(700.000 en todo el mundo) para sustituir a las que salen (mueven en Europa
unos 3.000 millones de dólares anuales, y 32.000 millones de dólares anuales en
el mundo, siendo el tercer negocio ilícito más lucrativo, después del tráfico
de drogas y de armas). En el primer estudio conjunto sobre las consecuencias y
riesgos de la Trata de Seres Humanos en la salud, en Asia, bajo el titulo: "La
salud y la trata de personas en la Subregión del Gran Mekong", entre la
OIM (Organización Internacional para las Migraciones), la LSHTM (London School
of Hygiene& Tropical Medicine), y la ONG española Anesvad, se afirmaba que
un 48 % (casi una de cada dos) habían sufrido violencia física y/o sexual
(patadas, encierros, vejaciones, amenazas, etcétera), y presentaban trastornos
por depresión (61,2 %), ansiedad (el 42,8 %), y estrés post-traumático (38,9
%), además dicho estudio revela que uno/a de cada seis participantes (14,9%)
afirmaban haber tenido un pensamiento suicida durante la semana anterior a la
entrevista. Según datos del Ministerio del Interior, en 2013 se realizaron
2.555 inspecciones administrativas en lugares donde se ejercía la prostitución
detectándose más de 13.000 personas en situación de riesgo. La Organización
Internacional del Trabajo (OIT) cifraba, en 2015, que existían 4,5 millones las
víctimas de explotación sexual forzosa en todo el mundo, de las que el 90 % son
mujeres y niñas; de igual modo afirma que existen 21 millones de personas en el
mundo que son víctimas del trabajo forzoso. En Europa, según datos de Eurostat
(oficina estadística comunitaria), entre 2010 y 2012 se registraron más de
30.000 personas identificadas como víctimas de trata, lo que suponía un
incremento del 28 % respecto al periodo 2008-2010.Los principales tratados
internacionales, de la ONU, de derechos humanos, como la Convención sobre la
Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW),
consideran el tráfico sexual una forma de discriminación sexual y una violación
de los derechos humanos. La ONU advierte de que "las redes de tráfico, en
especial la prostitución y también a la esclavitud laboral, se extienden por
todo el planeta y requiere una "respuesta global".
La labor a realizar, así como las
medidas legales para perseguir a aquellos que se dedican a la "trata de
personas" (que se constituyen en redes con una estructura mafiosa, y cuyo
objeto es el del trabajo forzoso y/o explotación sexual, servidumbre doméstica,
mendicidad infantil o extracción de órganos, entre otros), que es un gravísimo
atentado contra los derechos humanos, y que suele afectar a los colectivos más
vulnerables (en condiciones de pobreza, hambre, desempleo, desigualdad de
género y condiciones de subordinación de mujeres y niñas, que son una
manifestación más de la situación de desigualdad y de indefensión en la que se
encuentran las mujeres en muchos lugares del mundo, etcétera), y suelen encontrarse de manera más acentuadas
en las condiciones de extrema necesidad, o en países subdesarrollados o con
criterios socio, políticos, religiosos y/o culturales que pueden dar pie a
legislaciones poco desarrolladas en esta materia. En el año 2013, 134 países de
todo el mundo tipificaban el tráfico sexual como delito.
Nuestro país es firmante del
Convenio del Consejo de Europa sobre la lucha contra la trata de ser humanos,
(Convenio núm. 197 del Consejo de Europa), hecho en Varsovia en mayo de 2005.En
septiembre de 2015 se aprobaba el "Plan Integral contra la Trata de
Mujeres y Niñas con fines de Explotación Sexual" en nuestro país, que
abarca desde 2015 al 2018, y que mejora sustancialmente la lucha contra este
deleznable delito, y que tiene como objetivo establecer un marco de actuación
que permita atender con más eficiencia y calidad a las víctimas, bajo los
principios de libertad e igualdad.
El tema no es baladí y su complejidad es amplia,
teniendo que tomar medidas desde un enfoque multidisciplinar que palien y den
respuesta para combatir las condiciones que atentan contra la violación de los
derechos humanos de aquellos que las padecen. Muchas medidas pasan por la
sensibilización social y por el ámbito educativo (fomentando valores
igualitarios y no sexistas), que se hacen imperativas para erradicar este mal
endémico de un problema a nivel global, ya que la Trata de Personas es un
delito de la delincuencia organizada transnacional (al que la mayor
globalización económica, el incremento de los flujos migratorios, y desarrollo
de los medios de comunicación, hacen que se expanda como un virus), de ahí que
ofrecer políticas alternativas globales, desde un punto de vista de la atención
integral, ofreciendo apoyo jurídico, asistencial, formación profesional,
capacitación, acceso a los servicios sociales a las personas en situación de
prostitución, con el objetivo de ayudar a todas las que lo deseen salir y
acceder a un trabajo digno.
Es necesario y urgente que los Estados coordinen y
articulen esfuerzos nacionales y regionales mediante la creación de medidas y
mecanismos normativos e institucionales efectivos para prevenir, sancionar y
proteger a las víctimas de la Trata, paliando y evitando situaciones que
generan irreparables secuelas psicológicas y físicas (embarazos no deseados,
abortos inseguros, enfermedades de transmisión sexual, tratos crueles e
inhumanos, entre otros daños colaterales).
Es necesario la inclusión de medidas
socio-económicas que palien la pobreza y la feminización de la misma, la
desigualdad de género y las condiciones de subordinación de mujeres y niñas, la
creciente desigualdad entre países, la discriminación contra las mujeres, el
desempleo, la división sexual del trabajo, la falta de educación y la
imposibilidad de acceder a los recursos en las mismas condiciones que el resto
de la población, para evitar que se produzcan el terreno prolífico para
la trata de personas, que se está dando en la actualidad. Lúgubre es, que este
mal afecte a todas las regiones del mundo.
No hay ningún instrumento universal que aborde
todos los aspectos de la trata de personas, pero hay que avanzar para erradicar
a la que se considera la "esclavitud del s. XXI". Decía Kofi Annan
((1938- ) séptimo Secretario General de la ONU, cargo que ocupó entre 1997 y 2006, y junto a la ONU,
galardonado con el Premio Nobel
de la Paz
en2001): "Donde existe la
esclavitud, es negada la dignidad humana, y avergüenza a todos los que dicen
ser misericordiosos o comprometidos con los débiles y vulnerables del mundo.
Los derechos humanos no son otra cosa sino la insistencia en la erradicación de
la esclavitud y de la coerción en todos los aspectos de la vida. Pero aún así,
en el umbral del nuevo milenio, seguimos encontrando formas viejas, y
lamentablemente, nuevas de esclavitud. Miles de personas de todo el mundo viven
y mueren como esclavos en una forma u otra".
Más allá de los fríos datos subyace una realidad
desgarradora, el hecho incontestable de que hay congéneres que son esclavos.
Cuando elementos de nuestra especie llegan al extremo de dejar de importarle
sus congéneres y el sufrimiento desde la indiferencia, tenemos un problema
ético y/o moral que transciende el hecho lógico, y se pierde nuestra humanidad
y el elemental estado natural de todas las especies: la razón de los actos.
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