
Las formas en las que llegamos a optar
por una opción determinada viene definida por nuestras preferencias
ideológicas, de interés partidista, como modo de castigo, por no convencer
ninguna opción (Voto en blanco o nulo), o en el peor de los casos por la
ausencia absoluta de interés (abstención) por la indiferencia que nos genera la
pérdida de confianza en aquellos que rigen los destinos de las instituciones
públicas y cuya función es la de gestionar con eficacia y eficiencia, desde el
rigor, credibilidad y sostenibilidad, aquellas cuestiones que afectan a
nuestros derechos individuales y colectivos, como son la sanidad, la educación,
los asuntos sociales, etc.
Es necesario redefinir y avanzar con los
tiempos, para garantizar la esencia en la que se fundamenta nuestra
constitución, la ley de leyes, y que articula nuestra convivencia en sociedad,
el principio de igualdad que en algunos casos no se cumplen (por ejemplo en el
caso del valor de un voto en la actual ley electoral). Considero que es
necesario dignificar la actividad política desde el principio más básico para
la cual ha sido creada, que es aportar soluciones a las dificultades de los
ciudadanos y que aglutinen el mayor consenso posible desde el principio básico
a las reglas de juego democrático que nos hemos marcado y con respeto absoluto
a las leyes que nos rigen.
Es prioritario establecer normas de
regeneración democrática, transparencia de los asuntos públicos y los privados
vinculados principalmente a los primeros, y la más que necesaria implicación de
los ciudadanos en dicha actividad política como eje fundamental para ganar en
calidad democrática y en la credibilidad que nunca se debió perder, esto
constituye el verdadero fin de la política.
Es inexcusable concienciarnos que solo si
el ciudadano recupera el control de la política, exigiendo a los políticos el
cumplimiento de los compromisos adquiridos en sus programas, los cuales les han
llevado a las instituciones, podremos avanzar hacia un mayor control de los
políticos y mejorar el valor democrático de las decisiones porque será reflejo
de la voluntad mayoritaria del pueblo que es el fundamento y la esencia básica
de los países democráticos. Controlando a los políticos se controla a los
partidos políticos.
Exigir igualdad efectiva en todos los
derechos de los ciudadanos; implicarse en la construcción de un nuevo horizonte
desde el interés general; mejorar lo que hemos heredado para las generaciones
venideras; desterrar de la vida pública a aquellos que utilizan las
instituciones para fines distintos del interés general; predicar con el
ejemplo; argumentar de manera comprensible lo que se realiza en las
instituciones a los ciudadanos; simplificar al ciudadano o empresa cualquier
gestión que le afecte con los cambios normativos necesarios bajo criterios de
igualdad y con respeto y limitación a las leyes; erradicar los privilegios
políticos e igualarlos al del resto de los ciudadanos; entre otras
consideraciones, no es imposible.
Porque para poder empezar un nuevo camino
alternativo al que se conoce, es necesario dar el primer paso y alguien tiene
que hacerlo sin complejos de manera firme y decidida para dejar atrás las ideas
preconcebidas de lo que siempre nos han enseñado como el único camino posible
es necesario hablar claro y actuar con transparencia, para poder demostrar que
otra opción es posible y cada uno pueda pensar en lo que más le interesa, con
independencia y claridad, desde la libertad que el sistema democrático nos
otorga.
Seguiré trabajando con humildad con los
hombres y mujeres, compañeros todos, que mantenemos una visión de una sociedad
equilibrada en el más amplio sentido de la palabra, y no cejaremos en nuestro
empeño de dar ilusión donde antes había inquietud e indiferencia, con criterio,
capacidad de sacrificio, desde el sosiego y con esperanza en la idea de que
otra alternativa si es posible.
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