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domingo, 15 de enero de 2012

La política no debe estar reñida con la ética

Incredulidad, indignación y mucha preocupación, son las palabras que mejor definen las medidas del nuevo gobierno de la nación.  Si bien, y es mi caso, mi opinión viene definida por defender otras ideas de un partido que actualmente está en la oposición en el congreso de los diputados, no es menos cierto que como canario, español y europeo pido un plus en lo referente a la credibilidad política para dar solución a la grave situación socio-económica, política y de pérdida de valores que estamos padeciendo en la actualidad.

Las reformas planteadas por el actual gobierno de la nación establecen a grandes líneas la sobrecarga, vía impuestos, en mayor o menor medida de las clases medias y más desfavorecidas de nuestra sociedad. El actual gobierno, y es mi opinión, propugna el postulado maquiavélico (Nicolás Maquiavelo (1469-1527), diplomático, funcionario público, filósofo político y escritor italiano), la famosa frase: “el fin justifica los medios”, en referencia a que un gobernante debería utilizar todos los medios disponibles a su alcance sin limitarse por la moral o la ética, con el objetivo de conseguir una meta que lo merezca).

 Una sociedad hastiada de la clase política y que a día de hoy representa el tercer problema, tras el desempleo (siempre rondando los 5 millones de parados en los últimos años) y la situación económica (con crecimientos inferiores, o de recesión, al 2,25% necesario para generar empleo estable), lleva a una reflexión de hasta qué punto se establecen compromisos con los ciudadanos para obtener de ellos su confianza y que les han llevado a las instituciones para a posteriori, tras las elecciones, no cumplirlos con EXCUSAS fundamentadas en verdades a medias.

Dichas verdades se fundamentan en echarle la culpa al gobierno saliente de deficiente gestión que han realizado en esta época de crisis económica mundial, y en la que han colaborado poco para aportar soluciones convergentes con el fin de sumar y poner solución a los diferentes problemas que acucian a los ciudadanos, como por ejemplo a sucedido en Alemania donde los principales partidos han aunado fuerzas con el fin de salir de dicha crisis. La explicación de por qué no es necesaria dicha convergencia es sencilla, la actual Ley Electoral que rige en nuestro país y que favorece este bipartidismo imperfecto que les asegura la ALTERNANCIA en el poder, y cuya reforma con criterios de representatividad es una utopía a día de hoy.

Lejos de conformarnos con lo que nos ofrecen los partidos viejos (PP, PSOE, …), algunos hemos entendido que hay que avanzar por un sendero diferente al marcado por el que estos partidos intentan conducir a la sociedad. Los hombres y mujeres que desde ocupaciones muy distintas nos hemos involucrado en un proyecto diferente en las formas y los modos, regenerador de los conceptos políticos establecidos en la actualidad, reformista (desde nuestra Constitución hasta las leyes ordinarias), con criterios bien definidos en las ideas que INTERESAN a los ciudadanos (despolitización de la justicia, lucha contra la corrupción, reforma del sistema financiero, que apostamos por reformar el modelo territorial del estado el cual garantice criterios simétricos para todas las Comunidades Autónomas por igual y aseguren la suficiencia económica (con un sistema de financiación único que garantice la cohesión interterritorial, donde los que más tienen aporte a los que menos tienen, desde el principio de que pagan los ciudadanos no los territorios) de nuestro estado del bienestar dando de paso credibilidad a los mercados y a nuestros socios europeos, realización de las medidas necesarias para políticas Activas de Empleo, y dar credibilidad a la vida política partiendo de la supresión de privilegios que hacen una clara distinción con el resto de trabajadores de nuestro país, entre otras propuestas.

En definitiva y aplicando el dicho: “el movimiento se demuestra andando”, hemos considerado necesario ir paso a paso y con buena tinta en demostrar que nada es una utopía, que es posible generar ilusión y credibilidad con hechos y no con palabras, siempre escuchando al otro y sumándonos a aquellas iniciativas democráticas, vengan de donde vengan sin sectarismo, que tengan como fin el interés general. En ello estamos e insistiremos en demostrar que es posible plantear ideas nuevas para una situación diferente, sobre todo después de esta crisis a todos los niveles en nuestro país y económica en lo internacional, desde el ánimo de una visión diferente pero con un fin cohesionador, de igualdad, en condiciones de libertad y de justicia para todos los ciudadanos de nuestro país independientemente de su lugar de residencia.



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