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jueves, 19 de abril de 2012

Ya es hora de hechos

Estamos en un momento de nuestra historia donde la situación es compleja y las formas para darles solución tienen que generarse con formulas diferentes a las que hasta ahora se les había dado en el pasado.

La mayoría de las formaciones políticas (por no indicar que son algunas de las personas que las integran más que las ideologías que "representan") dan la imagen de un país en el que la culpa de todo lo acontecido siempre es debida a la mala gestión en la administración de lo público de otra formación política y en la que es rara, desde las lógicas posiciones que puedan tenerse desde las diferentes formaciones políticas, el realizar una leal oposición desde la creación y no desde el desgaste (llevado a rajatabla por las dos formaciones políticas más votadas en nuestra nación: PP y PSOE, y que debido a la actual ley electoral, que les asegura la alternancia, es muy difícil que cambien de manera de actuar).

Si partimos de la base de los dispendios económicos producidos por casi todas las administraciones publicas, con la existencia de administraciones paralelas a estas, la mala gestión en las mismas, un modelo de estado (insostenible en lo económico) con 17 modelos de gestión en aquello que vertébra nuestro estado del bienestar (sanidad, educación, ...), y que agudiza aún más la diferencia entre españoles en base a donde residan. La creación, en el pasado, de entidades no administrativas de distinta naturaleza (fundaciones, observatorios, empresas públicas, etc), a cargo de las administraciones públicas (y por tanto sufragadas por los ciudadanos) cuya existencia en algunas ocasiones esta más motivada por el antojo de algunos políticos y su particular visión de las necesidades de los ciudadanos y que en algunas ocasiones no se justifica el gasto en relación a los objetivos a cumplir por las mismas, y en la que a veces se pueden observar en los concejos de administración de los mismos a personas que estuvieron, en la mayoría de los casos, relacionadas con la actividad política.

Ya es hora de hechos, ya es hora de que los ciudadanos recuperen el control sobre la política y exijan a sus representantes que defiendan sus intereses aquellos que mediante un programa político fueron elegidos, que sean coherentes con sus compromisos, que no justifiquen sus incumplimientos con el argumento clásico de que el otro lo ha hecho fatal y esgriman la siempre recurrente teoría del "y tú más", que habiliten espacios donde el ciudadano de una manera efectiva pueda hacer un seguimiento de sus actuaciones (una ley de acceso a la información pública sin "matizaciones"), y donde se castigue de manera ejemplar a aquellos que incumplan las leyes.

En definitiva, dignificar la política dando origen a una nuevo perfil de políticos que no entiendan que esta es una manera de vivir bien y que tengan como objetivo perpetuarse en el poder estableciendo como prioridad la del interés general sobre la partidista. Se hace imprescindible generar una nueva moral política donde los ciudadanos puedan dar credibilidad a una actividad que tenga como fin el servicio público desde criterios de igualdad, libertad y justicia que dignifique una labor necesaria, desde lo individual y sobretodo lo colectivo, desde aquello que nos une por encima de cualquier planteamiento sectario o descohesionador, donde no existan diferencias con el resto de miembros de nuestra sociedad a cuyo servicio se deben para dar cumplida respuesta a sus necesidades.


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